miércoles, 20 de junio de 2012

Homenaje

Cuando la luna se oculta y el sol brilla a través de mi ventana y éste acaricia de forma apresurada mis ojos con tal de que éstos se abran y el día comience, cada vez.

Cada día que agradecida hablo con Dios y le digo lo afortunada que soy y mis deseos para el día a día.

Cada momento que pongo el primer pie en el piso, busco a ciegas la pantunfla y camino en modo zombie al baño para girar la llave de agua caliente, cerrar la cortina y la ventana y regresar a esperar que el agua esté a una temperatura más alta que la ambiental.

Cada que veo las fotos al rededor de mi cuarto, de la casa, de Facebook y sobre todo de mi corazón.

Cuando te píenso, cuando te recuerdo, cuando te sueño y cuando te menciono.

Si escucho tu nombre en el cuerpo de otro, si huelo tu perfume en la almohada de alguien más, si escucho tus palabras en voz de alguien más.

Cuando ella habla celosamente de ti en cada momento, como ella dice que te tiene en sus brazos y bajo su cuidado, cada que ella me notifica de lo que pasa contigo.

Cuando nos despedimos después de no vernos hace mucho, pero más aún cuando veo tu cara intentando no sonreir al verme. Cuando tú y yo nos conectamos inconcientemente.

Cuando te marco y tu voz se quiebra, cuando hablamos y tú no me dices las cosas, cuando me pintas un hermoso cuento de hadas cuando en realidad tu vida ees un infierno, pero con eso tienes para que la mía no sea así.

Cada que recuerdo tus movimientos cuando jugábamos nintendo, cuando me escondía en nuevos lugares cada vez que llegabas a visitarme, cuando esperaste hasta que pudiera bajar a mi gato del techo para irnos, cuando peleabas con mi mamá con tal de que yo no comiera cosas picosas.

Cuando te preguntaron que si eras mi abuelito, cuando jugaba en tu oficina con olor mezclado entre cigarro y perfume de maderas, cuando fuimos a la feria y regresamos y habían asaltado un banco.

Cuando me dices cosas a escondidas, cuando haces todo lo que puedes por que yo viva mi vida feliz y sin preocupaciones. Cuando no me dejaste llorar, cuando comíamos carnitas y barbacoa. Cada que le comprabamos pollo a mi abuela para que se pudiera comer las papas, cada que fuimos bailando en el templo de San Juan Nuevo, cuando lloré a escondidas tuyas por que no mereces verme triste.

Cuando decidimos colgar la llamada ambos por que la voz se cortaba y las lagrimas se derramaban. Cada que veo tus piernas, cada que veo tu cara de sufrimiento, cada que prefieres hacerte el dormido que derramar lágrimas de dolor.

Cada momento, cada recuerdo, cada beso en la mejilla, cada abrazo, cada foto sin expresión facial, cada felicitación por mis esfuerzos, cada presumida a tus conocidos, cada regalo...

Todo esto y más es un homenaje para mí, para mi que soy tu hija y que me duele no estar contigo a tu lado cuando más me necesitas. NO  debería estar sentada escribiéndo esto, sino dicíendotelo al oido, tomada de tu mano, viendo una película de Cantinflas.

Te amo mucho papá, demasiado.

Feliz día del padre, que aunque más que para ti, haz hecho de mi vida un homenaje. Por que todo lo entregaste a mi y poco te quedaste tú para seguir generando todo para tus hijas.

Te amo, te amo demasiado.

viernes, 8 de junio de 2012

Incomparable es:

Veo las sombras de una triste planta frente a mi ventana.
Veo como su silueta se mueve entre las piedras y pasto seco... lo veo y pienso en el pasado.

Cuando nada tenía mayor relevancia, cuando lo importante era que llegara la noche para poder salir a bailar y echar unos tragos coquetos.

Veo fotos de días pasados y me llena de orgullo pensar que ya no vivo en ese momento, pero que sin duda fueron momento inolvidables y llenos de sentimientos que remueven a veces lágrimas de cocodrilo y a veces sonrisas de un día completo.

Escucho discos de hace más de 5 años y no puedo creer que haya comprado ese disco de ese cantante sólo por una canción que me doy cuenta que me se de memoria y que al pie de la letra grito cada una de las palabras que tenían un significado específico para tí.

Recuerdo las peleas tontas entre amigas, las cartas de amor entre clases y los peluches en discordia.

También había cartas que no eran de amor sino más bien parecían declaraciones de guerra en contra de todos incluso de mi misma. Con una bufanda me ahorque, con un tampón de mi mamá jugué y con un perchero canté... ponía mi disco a todo volumen cuando estaba sola (por que yo creía que siempre estaba sola) y me ponía a gritar las canciones más infantiles que existían.

Me vestí de Tatiana en mi cumpleaños y después me quité el vestido de la primera comunión para usar unas mallitas ajustadas. Me puse un jumper de mi mamá y lo rompí por gorda. Un niño me robó mi primer beso detrás de la resbaladilla, a escondidas, por que a mi amiga le gustaba él.

Sólo había hombres y mujeres, perros y gatos, felicidad y tristeza, escuela y nintendo, despierta y dormida. No había ningun otro sentimiento, animal, estado de ánimo, estado físico, insomnio o cualquier otra cosa diferente a mi.

Yo era especial, todos me consentían y era la pequeña, mi abuela me daba dinero a escondidas, me regalaba tacitas para tomar el té y me daba un beso cuando le llevabamos pollo Kentucky, mi papá olía a cigarro y a loción de madera debajo de su saco color café. Mis hermanas buscaban hasta debajo de las piedras para hacerme regalos y decirme que yo era lo mejor que les había pasado en el mundo. Mi mamá me arropaba al dormir y me consolaba cada vez que tenía una pesadilla.

Ya crecí, ya no soy esa niña chiqueada a la que todos consienten, ahora soy yo quien tiene que cuidar a mi papi que no puede moverse de la cama sin ayuda. Soy yo quien tiene que consolar a mi mamá cuando está asustada, yo cuido de mi, por que se que soy independiente.

Pasé a una etapa donde por trabajar soy diferente a mis amigos que los siguen manteniendo sus papás o que creen que todo lo que pensaban en la escuela seguirá siendo igual de claro cuando salgan al mundo donde la gente no va a la escuela.

Es otro mundo, donde todos sonríen felices a quienes se encuentran a su derecha o izquierda; pero sólo por compromiso. Por que en realidad ellos también recuerdan con nostalgia los días pasados, son el motor a seguir adelante, a pensar que seremos más felices que cuando fuimos niños.

Sin embargo no podemos ser más felices que cuando eramos pequeños inocentes, por que ahora la felicidad consiste en salir el viernes temprano del trabajo, esperar el fin de semana para no salir de la cama y permanecer en pijama todo el día. La felicidad consiste en que tu mamá te sorprenda con comida casera cuando la visitas, cuando llegas a casa y te recibe tu perrito. Eres feliz cada quincena, pero al otro día sufres por que ya no hay más dinero.

La felicidad no se compara, por que no se puede compar. Ahora entiendo el sentido de incomparable.