Retomando mi vida, volviendo a renacer, volviendo a escalar la montaña.
Recién rodé, y no a la parte más baja de la montaña, sino lejos, lejos de ella... he regresado a sus faldas, dispuesta a escalar nuevamente, a enfretar las metas que en un momento había olvidado y que cegada por otras ambiciones había dejado a un lado.
Como bien le dije a una persona, pude haber cambiado mucho, pude haberme derrumbado, pero me sigo llamando Helena y por lo mismo, sigo siendo el mismo interior con cascaron diferente y recien lavado.
Para todo esto, fue necesario una serie de limpias que a lo largo de aproximadamente casi dos meses se fueron sucitando, limpias emocionales con sorpresas que valga la redundancia fueron inesperadas como buenas sorpresas que fueron. Completamente maravillada con cada uno de los momentos que ultimamente se han presentado en cuestiones sentimentales y si pudiera describir en una palabra lo que ahorita siento podría decir que es: I N C E R T I D U M B R E
Se oye tan fea, tas estéril, tan falta de sentido y de vida esa palabra, tan melancólica y tan poco feliz. Sin embargo, mi yo externo sigue sonriendo, no puedo evitar reir con cada babosada que sigo cometiendo como ser humano que comete alguien más.
Lamentablemente hice cosas que no son dignas de una persona sabia, sin embargo, son completamente dignas de una persona incierta, que es incapaz de pronunciar hacia donde va mañana... porque el futuro no es predecible, es convertible... el futuro es ahora.
Actualmente es el momento de cambio, el momento en que se sienten esas ganas de brillas y de estar nuevamente en la cima aunque sea un par de días nuevamente, para volver a brillar y deslumbrar nuevamente, para no tener sombras ni caras tristes, para evitar las lagrimas y olvidar por unos días esa melancolía.
Sin embargo, para esa parte se debe atravesar un camino sinuoso, lleno de profunda reflexión que acabo de sobrellevar, entrar a un terreno de desición y finalmente al campo de acción que es la parte más larga y dificil de cumplir.
Lo importante de esta parte es que hay que ser uno mismo y dejar las mascaras a un lado y sólo portar la importante y la que más apreciamos, para que cuando lleguemos a la cima, sea con esa cara con la cual los medios nos fotografien y las masas nos conozcan, y nunca, pero nunca, llegar a la cima con caras ajenas y actitudes impropias que no sabremos mantener y nos llevaran a la caida con mayor rapidez de lo que la vida lo tiene planeado.
Obviamente existe un final y un re-inicio, al llegar a la cima, se siente satisfacción, gozo, sabiduría, superpoderes ante los demás, se siente libertad!!, eso es lo que me inspira a subir nuevamente.
A pesar de esto, hay un momento en que uno tiene que rodar a las faldas de la montaña nuevamente, en este transcurso, se comenten toda clase de estupideces, borracheras, peleas, desintereses, etc etc... toda clase de actitudes que tu yo personal, tu yo, yo yo... no haría jamás, pero que sin embargo, de tanto mareo de caer por la montaña, uno se aturde y acaba por ceder incluso hasta el más alejado y sucio pantano en las orillas del tapete donde está ubicada la montaña.
No es fácil salir del pantano y regresar a intentar escalar la montaña, sin embargo, por esos instantes de brillantez y de libertad que se siente, podría hacerlo unaa y otra vez hazta la muerte....
Algo así... habló Zarathustra!
